Tamarindo

Originario de África del Este, poco a poco el tamarindo se ha extendido por las regiones semiáridas y tropicales. Su corona suntuosa y de gran porte ofrece una sombra propicia para el reposo y las palabras de los sabios. De ahí el carácter sagrado que se le atribuye en determinadas regiones de África. Si bien a su follaje se le atribuye el poder de calmar el espíritu, todas las partes del árbol tienen unas propiedades terapéuticas reconocidas: antiséptica, digestiva y antipirética. En el ámbito alimentario, el fruto homónimo del tamarindo oculta en su vaina marrón una pulpa de sabor acidulado que sirve de base para las bebidas refrescantes.