Camelia

La camelia pertenece a la familia de las teáceas. Es una familia botánica muy extendida en el este de Asia, especialmente en el centro y el sur de China. En China, el aceite de camelia, originalmente reservado a las familias reales, se utiliza ahora habitualmente como aceite alimentario. Fue a finales del siglo XVIII cuando la camelia alcanzó su auge realmente en Francia a través de Inglaterra. Posteriormente, la emperatriz Josefina de Beauharnais puso de moda esta flor y la cultivó en el castillo de Malmaison. La medicina moderna ha confirmado que el consumo de aceite de camelia puede reducir los niveles de colesterol, mejorar la resistencia al estrés oxidativo y proteger el hígado contra ciertas toxinas. El aceite de camelia es también uno de los aceites recomendados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), debido a su alto valor nutricional. Tiene una composición de ácidos grasos muy similar a la del aceite de oliva, es decir, altos niveles de ácidos oleicos y linoleicos, y muy pocos ácidos grasos saturados. Por eso se lo conoce como el "aceite de oliva oriental". En cosmética, el aceite de camelia bio es conocido por sus cualidades nutritivas.